miércoles, 10 de octubre de 2007

Distintas Perspectivas Del Amor...

El amor se considera como el conjunto de sentimientos que intensifican las relaciones interpersonales del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, desea el encuentro y unión con otro ser que le haga sentirse completo.
Por otra parte el que ama, desea y anhela el bien y la felicidad del ser amado, entonces el que ama no daña ni esclaviza a lo que se ama.
En cambio, para Erich Fromm el amor es un arte[1], y como tal una acción voluntaria que se emprende y se aprende, no una pasión que se impone contra la voluntad de quien lo vive. El amor es, así, decisión, elección y actitud.
El amor es un estado mental que crece o decrece dependiendo de como se retroalimente ese sentimiento en la relación de los que componen el núcleo amoroso. La retroalimentación depende de factores que son más o menos conocidos, ya sea por el comportamiento de la persona amada, por sus atributos involuntarios o por las necesidades particulares de la persona que ama (deseo sexual, necesidad de compañía, voluntad inconsciente de ascención social, aspiración constante de completitud, etc.).
Por otro lado, en las relaciones del hombre con su medio, el amor puede significar uno o más de uno de las siguientes manifestaciones de la palabra "amor", todos ellos relacionados en mayor o menor grado. Por ejemplo:
Amor entre familiares: nace de un sentimiento profundo de gratitud y reconocimiento de que somos lo que somos gracias a parte de nuestra familia. Amor de un padre a un hijo, etc.
Amor hacia los amigos: nace de la necesidad del hombre de socializar.
Amor romántico: nace en la expectativa de que un ser humano cercano nos colmará de satisfacción y producirá verdadera felicidad. Este sentimiento idealiza en cierto grado a la persona objeto de nuestra expectativa, definida en nuestra psiquis.

Amor al prójimo: nace del uso de la facultad de la mente de empatizar.
Amor a los animales: nace en la necesidad que todos tenemos de sentirnos protectores de alguien más indefenso que nosotros.
Amor hacia algo abstracto o inanimado: una idea, una meta, a la patria (patriotismo) o al lugar de nacimiento, al honor y a la independencia (integridad).
Amor a los principios: depende de la aplicación de una norma o regla que es "amada". Por ejemplo, el amor al principio de ayudar al débil, a la regla de acariciar a los animales domésticos, a la norma de no hacer contra otros lo que no queremos que ellos nos hagan, etcétera.
Amor hacia un dios o una deidad (devoción): nace en la educación que desde pequeños se recibe por parte de nuestros padres. Bien pueda llamarse Dios, Papa Noel, Reyes Magos, etc. El anhelo que de adultos se siente por el sentimiento infantil de sentirse protegidos, produce apego a esa figura abstracta.

Amor Universal: el que todas las personas pueden llegar a sentir por el medio natural y que los grandes místicos experimentan como Nirvana.
Lo que parece unir todos estos tipos de amor es el deseo conciente o inconciente hacia alguien o algo o la realización de sus objetivos.
Algunos idiomas, como en el griego antiguo, distinguen entre los diferentes sentidos del amor mejor que el español. Por ejemplo, en griego antiguo existen las palabras filia, eros, agape y storge, las cuales significan amor entre amigos, amor romántico o sexual, amor incondicional y amor afectivo o familiar respectivamente. Sin embargo, tanto en griego como en muchos otros idiomas, históricamente ha resultado muy difícil separar los significados de estas palabras totalmente, por lo que es posible encontrar la palabra agape (amor incondicional) siendo utilizada con el mismo significado que eros (amor sexual o romántico). Sin embargo, algunas terminologías vulgares en español como por ejemplo filito, originado de 'filia, genera jerarquías de seriedad o duración de la pareja.


Perspectivas sobre el amor

Perspectiva biológica

Amor maternal (cuadro de William-Adolphe Bouguereau, 1869).
El concepto de amor no es una noción técnica en biología sino un concepto del lenguaje ordinario que es polisémico (tiene muchos significados), por lo cual resulta difícil explicarla en términos biológicos. Sin embargo, desde el punto de vista de la biología, lo que a veces se llama amor parece ser un medio para la supervivencia de los individuos y de la especie. Si la supervivencia es el fin biológico más importante, es lógico que la especie humana le confiera al amor un sentido muy elevado y trascendente (lo cual contribuye a la supervivencia).
Sin embargo, en la mayoría de las especies animales parecen existir expresiones de lo que se llama "amor" que no están directamente relacionadas con la supervivencia. Las relaciones sexuales con individuos del mismo género (equivalentes a la homosexualidad en el ser humano) y las relaciones sexuales por placer, por ejemplo, no son exclusivas de la especie humana; comportamientos altruistas son observados desde individuos de una especie hacia los de otras especies (las relaciones milenarias entre el ser humano y el perro son un ejemplo). Algunos biólogos tratan de explicar dichos comportamientos en términos de cooperación para la supervivencia o de conductas excepcionales poco significativas. A partir de los años 1990 psiquiatras, antropólogos y biólogos (como Donatella Marazziti o Helen Fisher) han encontrado correlaciones importantes entre los niveles de hormonas como la serotonina, la dopamina y la oxitocina y los estados amorosos (atracción sexual, enamoramiento y amor estable).

Perspectiva psicológica
Tras las investigaciones efectuadas acerca del amor, Robert J. Sternberg propuso 3 componentes:
La intimidad, entendida como aquellos sentimientos dentro de una relación que promueven el acercamiento, el vínculo y la conexión.
La pasión, como estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión de deseos y necesidades.
La decisión o compromiso, la decisión de amar a otra persona y el compromiso por mantener ese amor.
Estos tres componentes se pueden relacionar entre sí formando diferentes formas de amor: intimidad + pasión, pasión + compromiso, intimidad + compromiso, etc.

Perspectiva histórica y cultural

Amor fraterno (figurillas prehispánicas de barro, 250-900 d. C.). Pueblos indígenas del Centro de Veracruz. Museo de Antropología de Xalapa, México).
Si bien el amor está fundado en capacidades y necesidades biológicas como el placer sexual y el instinto de reproducción, tiene también una historia cultural. A veces se atribuye su invención a alguna tradición particular (a los sufis, a los trovadores[2], al cristianismo, al movimiento romántico, etcétera), pero los vestigios arqueológicos de todas las civilizaciones confirman la existencia de afecto hacia los familiares, la pareja, los niños, los coterráneos, entre otros, por lo cual las interpretaciones que postulan que el amor en general es una construcción cultural específica no parecen fundadas.
Desde el punto de vista cultural, el amor sexual se ha manifestado históricamente hacia las personas del sexo opuesto como hacia aquellas del mismo sexo. Para los griegos y durante el Renacimiento, los ideales de belleza eran encarnados en particular por la mujer y por los adolescentes de sexo masculino. En algunos idiomas, la palabra "amor" no existe.

Reseña mitológica sobre el amor

En la mitología griega, eran tres los sexos: lo masculino era en un principio descendiente del sol; lo femenino, de la tierra; y lo que participaba de ambos, de la luna. Y precisamente, como la luna, eran circulares ellos mismos y su manera de avanzar. Eran, pues, terribles por su fuerza y su vigor y tenían gran arrogancia, hasta el punto de que atentaron contra los dioses. Entonces Zeus y los demás dioses deliberaron y se encontraban ante un dilema, ya que ni podían matarlos ni hacer desaparecer su raza, fulminándolos con el rayo como a los gigantes - porque entonces desaparecerían los honores y sacrificios que los hombres les tributaban -, ni permitir que siguieran siendo altaneros. Tras mucho pensarlo, al fin Zeus tuvo una idea y dijo: "Me parece que tengo una estratagema para que continúe habiendo hombres y dejen de ser insolentes, al hacerse más débiles. Ahora mismo, en efecto -continuó- voy a cortarlos en dos a cada uno, y así serán al mismo tiempo más débiles y más útiles para nosotros, al haber aumentado su número. Así pues, una vez que la naturaleza de este ser quedó cortada en dos, cada parte echaba de menos a su mitad, y se reunía con ella, se rodeaban con sus brazos, se abrazaban la una a la otra, anhelando ser una sola por naturaleza. Desde hace tanto tiempo, pues, el amor de unos a otros es innato en los hombres y aglutinador de la antigua naturaleza, y trata de hacer un solo individuo de dos. Así pues, cuando se tropiezan con aquella verdadera mitad de sí mismos, sienten un maravilloso impacto de amistad, de afinidad y de amor, de manera que no están dispuestos a separarse.

JAJAJA DEFINITIVAMENTE EL AMOR ME TIENE DELIRANDO A MI, SI SE PUEDEN DAR CUENTA...

1 comentario:

Esteban Ruiz Moreno dijo...

PERSPECTIVA DEL ESCRITO “DISTINTAS PERSPECTIVAS DEL AMOR”

Hablo como yo y no me remito a más…
En el amor se encuentran dos seres más allá de sus simples perspectivas, de sus simples y llanos reconocimientos (por el otro), más allá de lo instintivo y lo necesario (¿acaso los animales aman?, es preciso que nos lo preguntemos), más allá de la intimidad, más allá del apoyo, más allá del utilitarismo, más allá de la completud, más allá de la muerte.

Por eso los andróginos, esos seres que no eran ARROGANTES sino FELICES preocupaban tanto a los dioses…

Por eso los dioses deciden separarlos, todo para darnos una ejemplar lección…

El andrógino era el ser COMPLETO, el ser que no necesitaba de nada, ni siquiera de darle oblaciones a los habitantes del Olimpo y eso lo hacía feliz. La felicidad era el problema, la completud (si trasladamos las palabras).

Yo me atrevo a ver nada más al epílogo, al momento del después, al momento cuando Zeus los separa y los funda, los constituye, los hace existir. Me remito al momento donde existe la falta en contracara a esa felicidad eterna que los hacía nada más que morir en la existencia, que los hacía gozar tanto de su completud que la vida perdía totalmente el sentido, que solamente tenía sentido con la otra parte, con la parte completante.

¿Y acaso no es eso el amor en todas sus formas? Esa es la pregunta que habríamos de hacernos nada más para encontrar que las respuestas se escabullen.
Yo me remito al amor fundamental y primigenio de un hombre por una mujer en el sentido más general del término, recordemos pues que en la Grecia antigua los hombres podían estar sin problemas con otros hombres y así mismo las mujeres, de la misma forma que los andróginos…

Vuelvo sobre mis pasos, sobre mis letras:

El andrógino fue separado, cortado, fallado, segado y fue ahí donde nació su falta, esa que lo hizo vivir, que lo hizo repensar su existencia, esa que lo hizo reencontrarse con su soledad (haciendo de este momento algo inaugural, un doble nacimiento), esa que lo hizo volver a generarse preguntas sobre la vida para poder responderlas en el dolor del ayer y lo incierto del mañana. Fue entonces el corte el que le permitió dejar el paraíso y vivir, con toda la tragedia y la alegría que esto tiene, Vivir para bien o vivir para mal.

Ahora mis queridos andróginos, después del corte, después de la luz enceguecedora del rayo: ¿Qué es lo que sobreviene al amor? ¿Cómo se han fundado en sus actos?

Octubre 16/07