domingo, 27 de enero de 2008

Un escrito en los años…

Esteban Ruiz Moreno

¿Aún piensas en mí? ¿Acaso esa es una pregunta válida para ti? ¿Es posible una pregunta en medio del tiempo, de las distancias, de los sueños que retornan siempre, de lo que nunca fue dicho, de las cosas indestructibles que nos separan ahora? (escribo “separan” como si alguna vez hubiésemos estado juntos, es decir, como si ese espejismo de tenerte hubiese sido real algún día) La pregunta se cierne, y cada vez se cierne más fuerte, cada vez lo hace con mayor crudeza, como quien intenta morir desesperadamente y no puede bajo ninguna circunstancia.

Para mí, los días son crueles, pero si nos damos a la sinceridad te diré algo a modo de que parezca ser muy confidencial, lo peor del día son las mañanas. Quiero decir con esto que tengo un sueño espectacular[1], descanso muy bien, creo que reparo mis fuerzas para el día siguiente, pero sigo diciendo que lo peor para mí son las mañanas y no sé por qué.

Bueno, han pasado tantos años de todo, de nuestra historia y sigo pensando, mi cabeza martilla incesante con ideas que no dejan de retornar, que siempre tienen fuerzas para seguir adelante con su cometido, son incansables. Siempre pienso… No quiero decir con esto que sea un obsesivo (aunque así lo sea), no quiero decir que siempre me la pase pensando, pero lo hago, y lo confieso también sin miedos, sin sombras, sin nada que deber y por ende tampoco temer.
Todo esto se trata de saber, es eso ¿no?, simple y llanamente es eso y nada más. Es que en mi necedad (¿o necesidad?) deseo saber algo, quiero saber algo y ese algo te compromete a ti solamente. O sea, quiero saber si aún piensas en mí, si es cierto que te levantas en las mañanas y ves mi rostro ya deformado por los años, si es cierto que deambulo como una sombra que no quiere cruzar el “Aqueronte”, que no desea irse en lo más mínimo; saber, sólo eso, si es cierto que mi alma sigue empeñada en vivir en tus sueños, en las nubes de tu cerebro y tu cielo, si es cierto que no he alcanzado el lugar más profundo, o más bien el inverso a él: el destierro definitivo de la tierra de tu corazón, si es cierto que en alguna parte de ti aún vivo yo, aunque sea en lo más recóndito de tus sueños, del vapor de tu alma derrotada…
No lo digo con ambiciones de ningún tipo, solamente saber, sólo recuerda eso…

“¿Qué pueden hacer todos los demás si no pueden darte el universo?”


[1] En los dos sentidos de la palabra: sueño y anhelo.

martes, 15 de enero de 2008

El mundo visto desde abajo.

Cuando llegas nueva a un sitio, siempre empiezas por abajo. Como si la vida fuera un juego lineal de pantallas y tienes que pasarlas. Cuando la cagas te toca volver a empezar, hay gente que tiene más suerte y puede llegar muy lejos sin apenas proponerselo, pero el currante de siempre, o el mismo estudiante lo tiene un poco más difícil. Parece que siempre vuelvas a empezar, que la vida no pase de ser un yo-yo.

Esta eso de ser novata o novato. Puedes tener mas o menos suerte pero siempre seras poca cosa, no hablo por las tipicas novatadas, sino por esa constante sensacion de inferioridad y de ir siempre perdida por lo sitios. El caso mas tipico es observar a alguien de cinco años mas y sentir cierto respeto, pero claramente dentro de cinco años no habrás llegado a lo que querías, y seguirás ansiando ese futuro, siempre mirando hacia el futuro desde abajo. Pocas veces mirando hacia el pasado desde arriba puesto que cuando recuerdas el pasado pocas veces es constructivo. Tal vez lo recuerdas para lamentarte, o para hecharte unas risas. Tenemos el cuello tan acostumbrado a mirar hacia arriba que pocas veces miramos hacia abajo, por eso el hombre es el unico animal que tropieza dos veces sobre la misma piedra.

Otra situación bien curiosa del comportamiento humano son las presentaciones, cuando se llega nuevo a un sitio donde todos se cononcen. Ese intento de caer bien, de ser agradable puede llegar a resultar patetico si se mira desde un punto de vista objetivo, pero parece ser que todos tenemos asimilado ese comportamiento. Como si fuera una proteccion de ese sentimiento de no saber, de estar completamente perdido. O tal vez el novato de oficina detrás de ese apartente torpe y un poco lameculos, ¿es asi porque quiere?. No creo, simplemente es la mejor proteccion contra el mundo. Si, podria considerarse como solución provisional, el problema esta en que al final una parte acaba asumiendo este comportamiento como propio y como un comportamiento de lo mas adecuado. Una negación a la realidad.

Tan acostumbrados estamos a mirar hacia arriba, que no nos damos cuenta que vemos el mundo desde abajo... Parece ser que somos insatisfechos por naturaleza, siempre ansiando lo que tiene el de arriba para apenas disfrutar lo que tenemos al lado. Es muy común lamentarse cuando ya ha pasado el tiempo, empiezas a recordar y recuerdas los buenos momenos que pasastes (ahora si!, eh, ahora si que los recuerdas) y te lamentas por no haber podido disfrutar del momento. Pero que remedio, tanto tiempo queriendo progresar, avanzar, crecer, mejorar, superar... que muy pocos buenos momentos son vividos en el momento, sino más bien en el recuerdo.






DATO CURIOSO:
¿Por qué si al dormir no tenemos mala cara, mientras dormimos parecemos ángeles... al despertarnos tenemos mas bien horrible?


respuesta: pues porque estamos dormidos...

obvio, si o no?